Planteras vacías en la vía pública: una oportunidad para el arbolado urbano

Desde hace algunos meses, el mapa de arbolado urbano ha incorporado una nueva funcionalidad: la posibilidad de registrar y localizar planteras(1) vacías en la vía pública. Estos espacios, que originalmente estaban destinados a la plantación de árboles, hoy representan un recurso valioso y subutilizado en nuestras veredas.

Las planteras vacías suelen aparecer cuando un árbol ha sido retirado por motivos fitosanitarios o debido a su muerte. Lejos de ser simples huecos en el paisaje, estos sitios ofrecen una oportunidad única para mejorar el arbolado de nuestras ciudades. La creación de una nueva plantera conlleva un costo considerable, y es común que esta limitación presupuestaria frene nuevas plantaciones. Sin embargo, cuando el espacio ya está disponible, como en el caso de las planteras vacías, ese obstáculo desaparece.

Para aprovechar esta oportunidad, es fundamental contactar a las autoridades locales y consultar qué especies son adecuadas para la plantación en estos espacios. Es importante saber que cada ciudad tiene sus propias normativas y consideraciones ecológicas para asegurar que el arbolado sea sostenible y beneficioso para el entorno.

Para ver las que tenemos mapeadas hasta el momento podés ingresar en el mapa y escribir “plantera vacía” dentro del filtro por especie.

(1) En Argentina llamamos plantera al espacio en donde se plantan árboles en la vía pública, sin embargo en otras regiones se las llama de distintas maneras.

Alcorque: Es muy común en España, pero también se usa en varios países de América Latina. Se refiere al hueco o espacio reservado en las aceras para plantar árboles.

Taquilla: Utilizado en Colombia, especialmente en algunas ciudades, para referirse a este espacio.

Cuadrado o cajete: En México, especialmente en el ámbito de la jardinería, se utiliza “cajete” para referirse al área excavada alrededor del tronco de un árbol.

Pozo de árbol: En algunos lugares de América Latina, como en Perú o Venezuela, se usa esta expresión para señalar el espacio en la acera para plantar árboles.